– HISTORIA
AS ONE

Desde que era pequeña me ha encantado el mundo de la joyería, ¿por qué? Por mi abuela Ana.
Mi abuela era clásica pero un poco moderna a la vez, siempre iba guapa, muy guapa y estilosa. Se ponía cualquier cosa con unos buenos complementos y llamaba la atención. Estudié derecho y trabajé más de 12 años como abogada. Siempre que podía me escapaba a las ferias de joyería de Madrid, Italia y de vez en cuando a Hong Kong, y cada vez estaba más convencida de que lo mío era el mundo de la joyería. Llevaba tiempo con la idea de iniciar un nuevo proyecto, de huir de la rutina del trabajo en la oficina, y embarcarme en la ilusión de desarrollar “mi” propio proyecto, un proyecto relacionado con la joyería.

Quería “imitar” los diseños de mi abuela, diseños clásicos y atemporales que no pasen de moda, que te los puedas pones en cualquier ocasion (para ir a la oficina, una cena, una fiesta, en el día a día) pero que estuvieran al alcance de todas, nada de joyas prohibitivas…
Desde el principio, tuve muy claras dos máximas que me definirían; la calidad y el “made in Spain”.
En uno de los viajes a Italia, conocí a un fabricante español de cadenas de oro, plata y bronce bañado en oro, era la tercera generación de una empresa familiar. Me quedé impactada por el alucinante mundo que gira en torno a la fabricación de una cadena.
Tuve la oportunidad de conocer el proceso de fabricación de las cadenas; desde la fundición de los hilos del metal hasta su transformación en el diseño final. Desde las soldaduras de los cierres al proceso de baño de oro que, por cierto, es un paso imprescindible para garantizar la máxima calidad de la joyita. Fue impresionante ver el sin fin de procesos y controles que había detrás de cada cadena (para lo simple que parece).